martes, 26 de noviembre de 2013



Del “Maoz Tzur” judío tradicional  al “Anu Nosim Lapidim” del judaísmo sionista moderno.





La tradición judía rabínica, aunque fuera de la canonización halájica, ha instaurado como una de las costumbres de la festividad de Jánuca la entonación de la canción “Maoz Tzur”. La misma se piensa que fue escrita durante el Siglo XIII, época de las cruzadas, y relata literariamente la historia judía, haciendo mención a algunos de los enemigos que ha tenido el pueblo judío: Hamán, Antiojus Epifanes, y otros. Una de las interpretaciones del título de esta poesía- canción se relaciona a “roca”, “fuerza”. Otras versiones dicen que Maoz, es efectivamente en referencia a “fuerza” y Tzur, es en referencia a “Beit Tzur”, una de las fortalezas de los Jashmonaím (ubicada entre Jerusalén y Hebrón) que a su vez refiere a la batalla de “Beit Tzur” que los Jashmonaím han sostenido frente a los seléucidas, en el Siglo II AEC.  A modo de análisis, vayamos a la primera estrofa de esta canción:

“Maoz Tzur”, mi salvación,
cuán bello es alabarte,
restaura nuestra casa de oración (en referencia al templo profanado por los seléucidas)
y allí te agradeceremos…
En lo que podemos observar de esta estrofa, hay una estrecha relación entre la fuerza y la creencia, la alabanza, sumado a los numerosos elementos literarios bíblicos que posee la pieza.
Anu Nosim Lapidim”, nosotros portamos antorchas, es una canción que fue escrita en los años 30 del siglo XX, en pleno desarrollo del sionismo, previo a la creación del estado de Israel por el escritor Aharon Zehev. Esta canción escrita para una marcha de Jánuca, y rechazada vehementemente como canción alusiva a dicha festividad por el judaísmo tradicional rabínico, atestigua el carácter laico originario y revolucionario del movimiento sionista.
La canción recita en sus estrofas un fuerte y claro mensaje heroico y laico, que se contrapone a la significación de la luz y el milagro que el judaísmo rabínico tradicional le otorgó a la festividad de Jánuca, la festividad de las luminarias.
Leamos algunos de las estrofas que versa la canción que refuerzan el carácter antedicho de ésta:
 Excavamos sobre la roca hasta sangrar, y se hizo la luz (vaiehí or)”
“Al valle fuimos y a los montes escalamos, descubrimos fuentes de luz escondidas”
“Un milagro no ocurrió, una vasija de aceite no encontramos”
Les dejo un link para quien no conoce esta canción.
De las estrofas que he citado, el mensaje del cual he hablado está claramente expresado.
Esta canción, refleja, hasta hoy en día la fractura que existe en la sociedad israelí entre laicos y religiosos. Entre aquellos que creen en la salvación Divina y aquellos que creen en la salvación en manos del hombre.
Jánuca a mi modo de ver, es un jag que representa la modernidad, el devenir histórico del pueblo judío en dicha época, la restauración de la soberanía judía sobre su modo de vida en su tierra, la resignificación de las costumbres, e incluso, su fortalecimiento y la adopción de nuevas; en otras palabras, es Jánuca a mi modo de ver, la victoria de la cosmovisión del pueblo judío. Pues, el pueblo judío es un pueblo que se alimentó durante toda su historia de las resignificaciones contextuales, y la real victoria, es que a pesar de eso, logró mantener sus núcleos duros y seguir existiendo. Y lo más valorable aún, que tanto el “maoz tzur” como el “anu nosim lapidim” han construido (y siguen construyendo) el hogar nacional del pueblo judío, en su tierra ancestral, la Tierra de Israel.
¿Qué canción vas a cantar para encender las últimas velas de Jánuca?
Rodrigo Weiner, Jerusalén, Israel. 29 de Kislev 5773/ 13 de diciembre de 2012


Itzjak Rabin: Soldado de la paz


“Solo hay un medio extremo para santificar la vida humana, esa única solución es la paz verdadera”
(Itzjak Rabin Z´´L, del discurso en Oslo 1994 tras recibir el premio nobel de la paz)

“…Fui militar durante 27 años. Luché cuando la Paz no tenía posibilidades. Creo que ahora las tiene, y muchas. Debemos aprovechar esto en nombre de todos los que están aquí presentes, y en nombre de los que no están aquí, que son muchos. Siempre creí que la mayoría de la gente quiere la Paz y está dispuesta a asumir riesgos por la Paz…” (Itzjak Rabin - Tel Aviv, 4 de noviembre de 1995) Este fue las últimas palabras de Rabin en público antes que su vida terminara en mano de un atentado a perpetrado por un extremista israelí. Pero estas palabras marca su incansable esfuerzo de toda una vida por alcanzar la paz en Medina Israel convirtiéndose en un autentico soldado de la paz.  Desde muy joven su vida está marcada por la entrega al servicio a Medina Israel y al pueblo judío.
Itzjak Rabin el militar y el político del gobierno de Israel comprendió que lograr la seguridad de la nación implicaba el máximo sacrificio para muchos jóvenes de judíos y el dolor en otras naciones. Es por esta razón es que percibió más que otro lideres en el mundo o israelíes que la palabra shalom no es solamente paz como ausencia de guerra. Sino que va mas allá de ese estadio, shalom deriva de la palabra “shalem”, que significa “integridad, completitud”. Esta debe ser tanto individual como en el marco social, pues si en alguno de estos ámbitos se carece de Shalom, no hay integridad posible.
Rabin tenía muy presente que la tarea de los lideres es lograr garantizar las condiciones de vida de ciudadanos: libertad de expresión; alimento y vivienda; y lo más importante: la vida misma. Señalo Rabin: “… Un hombre no puede gozar de sus derechos si no está vivo. Y por eso cada país debe proteger y preservar el elemento principal de su ethos nacional: las vidas de sus ciudadanos”.
Solo para defender esas vidas podemos llamar a nuestros ciudadanos a que se enrolen en el ejército. Y para defender las vidas de nuestros ciudadanos que sirven en el ejército, invertimos enormes sumas en aviones y tanques y otros medios. Pero a pesar de todo, fallamos en nuestra misión de proteger a nuestros ciudadanos y soldados. Los cementerios militares en todos los rincones del mundo son un testimonio silente del fracaso de los líderes nacionales en la defensa de la santidad de la vida humana.
Sólo hay un medio extremo para santificar la vida humana. Esa única solución radical es la paz verdadera”. (Itzjak Rabin Z´´L, del discurso en Oslo 1994 tras recibir el premio nobel de la paz)
Esta palabras nos deja un enorme enseñanza para nosotros y las generaciones futuras el valor de la vida y como debemos alcanzar la paz duradera con los países vecinos a Medina Israel. Siendo la paz  un valor en una construcción permanente, y no es tan sólo un deseo o el saludo más tradicional al encontrarse y al despedirse en nuestro país  “Busca la paz y persíguela”, son las palabras del salmista Rabin a lo largo de su vida tuvo siempre presente este principio y la defendió con acciones no solo palabras. Y nos dejo un misión para todos los que formamos parte de Medina Israel y las autoridades de gobierno que en Israel no representa :
“..Para Israel, no hay camino sin dolor, pero el camino de la Paz es preferible al camino de la guerra
Esto se los digo como ex-militar, como un hombre que es hoy Ministro de Defensa y ve el dolor de las familias y los soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI). Por ellos, por nuestros hijos y, en mi caso, por nuestros nietos, quiero que el gobierno busque exhaustivamente cada apertura, cada posibilidad de promover y lograr una Paz global. Incluso con Siria será posible hacer la Paz.
Esta manifestación debe enviar un mensaje al pueblo israelí, al pueblo judío de todo el mundo, a los muchos pueblos del mundo árabe y, de hecho, a todo el mundo, de que el pueblo israelí quiere la Paz y la apoya. Por todo esto, les doy las gracias".
(Itzjak Rabin - Tel Aviv, 4 de noviembre de 1995)